jueves, 14 de julio de 2011

Laborar con personas con discapacidades.

El trabajar con personas con distintas discapacidades, en ocasiones se vuelve todo un dilema, ya que se nos es difícil porque a veces no sabemos cómo actuar. Pero siempre encontramos la solución, ya que esas personas como todos solo que tiene algo que las hace en ocasiones más especiales, al trabajar con ellas siento que se debe de tratar como personas comunes que pueden realizar sus tareas con individualismo y trabajo en equipo, si se requiere no tenemos que ponerle limitaciones si no se sentirían menos que nosotros y eso es lo que debemos de evitar. En mi caso he tenido la oportunidad de trabajar hace unos años con una persona no vidente, y la verdad fue una experiencia que me marco ya que en ella vi superación, esfuerzo ya que todo lo que hacía lo realizaba sin ayuda hasta me sorprendía la habilidad, para conversar con uno por que en ocasiones uno estaba sentado en una mesa y yo comentaba algo y el de una vez direccionaba su mirada donde yo me encontraba la verdad era sorprendente esa habilidad que él tenía. También no le gustaba que le ayudaran a caminar ni buscar cosas él decía que podía y era capaz de hacerlo solo. La verdad esta experiencia me ayudo a convivir y tratar a las personas con discapacidad de una mejor manera

1 comentario:

  1. Estimada Silvia: Hace algunos años también tuve el privilegio de trabajar con una compañera no vidente y realmente me conmovió. Ella llegaba todos al trabajo con ayuda de su perra Wanda, quien también era igualmente impresionante. Esta compañera había quedado ciega a los 7 años por desprendimiento de retina y aunque le habían ofrecido realizarle cirugías para corregir su ceguera, ella prefería ser así, porque se sentía, y estaba realizada en todo sentido. Era profesional, tenía una maestría en trabajo social, se había casado, también con un no vidente, era autosuficiente y puedo decir que en muchos aspectos nos superaba a los compañeros, por ejemplo, era muy ordenada, muy metódica, disciplinada, no criticaba a nadie (porque a diferencia de nosotros, no podía ver los defectos visibles en las personas). En fin, esta experiencia me enseñó que solo uno se pone límites, que si realmente queremos lograr cosas, podemos hacerlo si nos proponemos.

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